CONSTRUYENDO JUSTICIA ECONÓMICA DESDE LA FORMALIZACIÓN

El final del 2020 marcó el comienzo de una etapa de prosperidad para Alba Luz Germán, de 45 años, quien vive en departamento de San Miguel, en El Salvador.

Se inscribió en un curso de asesoría y capacitación para pequeños emprendedores, que le permitió dar el primer paso para formalizar su negocio y así lograr “un cambio significativo de un proyecto prometedor, del cual me siento verdaderamente enamorada”.

“Comencé en el 2018, con una idea en mi cabeza, luego que me gradué de la universidad con muchos sacrificios económicos, pero nunca encontré un empleo”, recuerda.

Alba narra cómo en El Salvador es difícil acceder a un empleo decente, aun cuando se tienen estudios superiores “ya que te piden ser menor de 35 años, tener experiencia y eso obstaculiza a una mujer salir adelante, sin embargo eso me hizo fuerte y me dio el impulso”.

“Intenta una y otra vez hasta que el miedo te tenga miedo. Esta es la frase que me ha inspirado a realizar el proyecto laboral más importante de mi vida: Alba’s Bakery”, un negocio de venta de pan dulce y salado, el cual ha podido formalizar como fruto de su participación en el Programa “Formaliza tu Negocio”.

Esta es una iniciativa de la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF, por sus siglas en inglés) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), financiada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la cual ofrece conocimiento gratuito para que pequeños comerciantes puedan tener la oportunidad de incorporarse en la economía formal, mejorar sus negocios, incrementar la productividad y rentabilidad, desarrollar destrezas gerenciales y personales y asegurar todos los aspectos legales requeridos en este proceso.

Alba’s Bakery es uno de los 106 micronegocios beneficiados en el marco del Proyecto Formaliza tu Negocio. Después de 2 años de recibir capacitación y asesoría en este proyecto, como parte de una primera etapa, Alba ha alcanzado importantes logros que le han permitido hacer crecer y madurar su negocio hasta ahora, incluso superar los desafíos de la pandemia del COVID-19.

En el proyecto, contribuyen diferentes socios como las cámaras de comercio del Norte de Centroamérica: El Salvador, Guatemala y Honduras, que brindan apoyo para el desarrollo de la pequeña y mediana empresa.

Esta iniciativa sigue en marcha brindando asesoría y fortaleciendo capacidades por medio de talleres virtuales, promoviendo el uso de herramientas digitales que los pequeños(as) emprendedores(as) pueden consultar en la web del proyecto, entre otras acciones implementadas.

Como parte de este proceso de aprendizaje y orientación integral, Alba alcanzó los primeros resultados en el corto plazo.

“En tan solo 10 meses, después que nos capacitamos y empezamos a formalizarnos, yo ya había generado 11 empleos con mujeres, jóvenes y una persona de la tercera edad. Alba’s Bakery no quiere imponer límites de edad, ni de ningún tipo a nadie, queremos ser un negocio inclusivo en el que lo único que se necesita es echarle ganas y trabajar en equipo”.

Alba asegura que “como negocio informal, no tenía mayores ventajas más que generar mi autoempleo. Eso estaba bien, pero si yo ya era emprendedora mi gran pregunta era qué sigue después, qué tengo que hacer para escalar aún más. Todas las herramientas que aprendí en el proyecto me han servido para avanzar”.

Con el inicio de la formalización de la panadería en el 2021, las oportunidades para Alba se abrieron mucho más. Ella pudo acceder a créditos, vincularse comercialmente con otras personas, empresas, instituciones, organizaciones, generar empleos, desarrollar un plan de largo plazo, multiplicar su capital y mejorar su calidad de vida y la de su familia.

“Logré inscribir mi empresa en el Centro Nacional de Registros, desarrollar mi marca, legalizarme totalmente, vino la facilidad para vender a otro tipo de clientes nacionales como alcaldías, el ISDEMU (Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer), el CENTA (Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal), el ISSS (Instituto Salvadoreño del Seguro Social) y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). La formalización me va a permitir seguir avanzando en mi plan de negocio”, comenta.

Durante este período que Alba lleva en el programa, también ha aprendido a superar sus propios temores y retos externos. Por ejemplo: “la desconfianza de amigos, e incluso familiares que en un principio no apostaban ni creían en mí, ni en el éxito del negocio” y las limitantes que trajo consigo la pandemia (como el confinamiento y el impacto económico en el comercio informal).

“Me siento más resiliente, ahora gracias a este programa conozco mis derechos laborales y mis obligaciones como empleadora, puedo cuidar a mi equipo humano, optimizar recursos, aprendí a presupuestar, a hacer proyecciones de ventas, a determinar costos, a sentirme libre, empoderada y económicamente independiente”, comenta Alba.

Finalmente, sus expectativas son grandes: “voy en camino a la siguiente etapa de mi plan. Quiero abrir más sucursales, ampliar mi segmento de productos y exportar, mejorar en infraestructura, recurso humano y muchas otras que sé que con mi fuerza y visión emprendedora ¡voy a lograrlo!”.

¿CUÁLES SON ALGUNOS DE LOS BENEFICIOS DE LA FORMALIZACIÓN?

La formalización ayuda a mejorar desde un enfoque integral, pues brinda a los pequeños emprendedores la oportunidad de:

  • Acceso a la seguridad social, es decir, cobertura de seguridad social para el empresario y la familia, así como para los trabajadores.
  • Acceso a mercados formales, tanto públicos como privados
  • Acceso al financiamiento
  • Acceso a los servicios financieros y de desarrollo empresarial
  • Aumento de la productividad
  • No más sanciones por incumplimientos, es decir, libertad frente al riesgo de tener que pagar multas o sufrir sanciones o tener que cerrar el negocio.
  • Estatus jurídico para emitir facturas, firmar contratos y hacerlos cumplir por medio del sistema jurídico.

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