TODOS LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES NACEN CON DERECHOS

La Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF – FUPAD) está comprometida con la defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, y Colombia y el mundo necesitan que tú también lo estés. Dado que el primer paso para proteger los derechos es conocerlos, te invitamos aquí a empaparte de un tema que es de la mayor importancia para nuestro presente y futuro.

Aquí te vamos a explicar lo que debes saber sobre los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

Lo primero que debes entender es dónde están explicados estos derechos. El gran marco para sus derechos en todo el mundo es la Convención de los Derechos del Niño (CDN), firmada por 191 países en 1989. Este es el instrumento internacional que reglamenta la protección de los derechos específicos de la población mundial menor de 18 años.

En Colombia, estos mismos derechos están en el Código de Infancia y Adolescencia de 2006, que acoge el mandato de la Convención de los Derechos del Niño. En su artículo 7°, este código introduce un concepto que debes aprender: la protección integral. La protección integral es reconocer a los niños, niñas y adolescentes como sujetos que tienen derechos, garantizarlos, cumplirlos, prevenir su vulneración y restablecerlos inmediatamente cuando sean violados. Esta protección integral se materializa en las políticas, planes, programas y acciones que se lleven a cabo en todo el país, en los departamentos y en los municipios.

Otro concepto que queremos compartir contigo y que es crucial para los derechos de los niños, niñas y adolescentes es los espacios vitales. Allí es donde niños, niñas y adolescentes se forman y tienen las interacciones con personas de su misma edad. Estos espacios son su familia, su escuela, sus lugares de recreación, aprendizaje o formación, y también son los caminos por los que transitan y las comunidades de las que hacen parte.

En estos espacios vitales los niños, niñas y adolescentes deben disponer de lo necesario para que puedan sentirse libres y seguros. Deben ser protegidos contra el peligro, la enfermedad, el abandono, las drogas, el reclutamiento en grupos armados y otras formas de violencia.

Para cumplir con estas necesidades, deben existir unos responsables. Los diferentes actores desarrollan acciones para garantizar el ejercicio de los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes. Esto es lo que llamamos el principio de corresponsabilidad.

¿Quiénes deben atender este principio, es decir, quiénes son corresponsables de asegurarse de que los niños, niñas y adolescentes tengan los espacios vitales apropiados?

El Estado, la comunidad, la escuela y la familia. Estas cuatro dimensiones de la vida de los niños, niñas y adolescentes es lo que llamamos los entornos protectores. Son corresponsables de la atención, cuidado y protección. Deben garantizar el ejercicio de los derechos de niños, niñas y adolescentes, para que estos puedan desarrollarse y crecer en un ambiente libre de violencias.

¿Cuál es el papel que cada uno de estos debe jugar para proteger a los niños, niñas y adolescentes?

El Estado debe identificar zonas en donde se pueden ver amenazados los derechos de niños, niñas y adolescentes, evitar el involucramiento de menores de edad en situaciones de conflicto armado que los pongan en riesgo o amenacen sus derechos, prevenir todas las formas de violencia o explotación, asegurar que los servicios creados para la garantía de los derechos de menores de edad sean adecuados, que se pueda acceder fácilmente a ellos, y procurar que en todos los espacios vitales niños, niñas y adolescentes sean reconocidos como sujetos de derechos.

La comunidad (organizaciones de la sociedad civil, las asociaciones, las empresas, el comercio, así como las personas naturales) tiene la obligación y la responsabilidad de llevar a cabo acciones encaminadas al goce efectivo de los derechos y garantías de los niños, las niñas y los adolescentes. Para lo anterior deben conocer, respetar y promover los derechos de los menores de edad y su prevalencia sobre otros grupos poblacionales, desarrollar acciones de protección inmediata ante situaciones que amenacen estos derechos, ser parte activa en las políticas públicas relacionadas con la infancia y la adolescencia y denunciar por cualquier medio, los delitos o las acciones que los vulneren o amenacen.

La escuela debe ser un espacio donde se aprende, se convive y se protege a la infancia y adolescencia. Debe dotarlos de conocimientos sobre de sus derechos y darles las herramientas adecuadas de autoprotección, creando un ambiente de relación interpersonal seguro e identificando las situaciones de riesgo. Los profesionales de educación deben conocer cómo actuar y prevenir las situaciones de vulnerabilidad o riesgo para la infancia y la adolescencia en el ámbito educativo, tales como el acoso escolar, manifestaciones de odio y discriminación, consumo de bebidas alcohólicas, tabaquismo, sustancias psicoactivas y riesgos digitales.

La familia debe brindar educación en valores, ser un referente permanente de conductas y comportamientos de protección, servir como soporte y acompañamiento, transmitir y construir normas y límites a través de una comunicación afectiva y asertiva, y entender cada momento del desarrollo (los niños viven momentos únicos y les generan alegrías y tristezas que se deben entender y vivir con ellos). La familia debe comprender el mundo de los niños y adolescentes como un mundo de imaginación y creatividad sin límites, que escapa a la imaginación de los adultos.

Materiales

Protegiendo a los niños, niñas, adolescentes del reclutamiento forzado en
Colombia (Español)

Alliance to Prevent and Protect from Recruitment (Inglés)

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